LA FRASE DEL DÍA.

domingo, 25 de marzo de 2012

GRANDES ERRORES: BUQUE DE GUERRA VASA.

El Vasa, así llamado por ser el nombre de la familia real sueca en la época de su construcción, fue un navío de guerra flotado el 10 de agosto de 1628. Fue el uno de los mayores barcos de guerra de su tiempo y el buque insignia de la flota sueca. Se necesitaron más de mil robles suecos para conseguir la madera. Constaba de 64 cañones, 145 marineros y 300 soldados y desplazaba más de 1.300 toneladas.

Este barco gobernó el mar Báltico y aterrorizó a los enemigos de la nación durante… 10 minutos.




Efectivamente, el barco se hundió en cuanto abandonó el puerto en su viaje inaugural, llevándose consigo la vida de entre 30 y 50 personas (no solo parte de la dotación, también algunos civiles que viajaban en él en tan distinguida ocasión) y todo el material a bordo, incluidos cientos de adornos esculpidos en la madera que convertían el conjunto en una obra de arte, delante de una multitud que se había reunido para admirar el más poderoso barco nunca construido. Además, la construcción del Vasa fue algo que se siguió con gran interés en los países vecinos. Por lo tanto, su hundimiento fue una humillación nacional que exigía algún culpable.

Lo que ocurrió según los testigos, es que cuando el buque navegaba lentamente, una repentina ráfaga de viento comenzó a soplar. El Vasa se escoró, pero logró corregir su rumbo. Una segunda ráfaga golpeó, de nuevo, el costado del barco que volvió a escorarse. El agua comenzó a entrar por las troneras de la línea inferior de cañones, que en ese momento estaban abiertas para disparar una salva para celebrar la botadura. En ese momento el Vasa se hundió cuando apenas había recorrido una milla náutica.



En la investigación e interrogatorios posteriores a los constructores y a los supervivientes (incluido el capitán que consiguió sobrevivir) se desvelaron las claves de tamaño fracaso ingenieril.

En primer lugar, se acusó a la tripulación de maniobrar mal, de no inmovilizar la carga e incluso de estar borrachos. Pero al final se desestimó. De hecho, los marineros y el capitán sabían que el barco no era de fiar puesto que antes del viaje inaugural hicieron pruebas de estabilidad. Estas consistieron en hacer correr a 30 hombres de un lado a otro del buque. Parece ser que tuvieron que dejarlo rápidamente o hubiesen volcado ellos mismos el Vasa.

Después se investigo la construcción. Hay que remarcar que no se utilizaron planos constructivos y cálculos teóricos para establecer la estabilidad hasta entrado el siglo XVIII. En el siglo XVII se utilizaba una manera empírica, es decir, se utilizaban tablas de proporciones que ya habían sido utilizadas antes y habían funcionado. Se sabe que las dimensiones del Vasa se modificaron una vez comenzados los trabajos. Y es que el Vasa iba a ser un navío como otro cualquiera con un puente de cañones pero el rey quiso tener el barco más temible posible y ordeno el aumento del numero de cañones y por tanto la construcción del barco con dos puentes para alojarlos. Algo que los constructores del barco no habían hecho nunca por lo que tuvieron que tomar las proporciones que creyeron más convenientes para el diseño.

El problema con este tipo de barcos de madera es que la mayor parte del peso la aportan los cañones y la munición (un cañón de 24 libras puede pesar más de una tonelada). Además, cuando se disparan, provocan que el barco gire debido al retroceso del propio cañón. Para solventar esto se solía poner algún tipo de lastre en el fondo del barco para ganar estabilidad.

El esquema que se muestra en las imágenes demuestra que el par de fuerzas generado en un barco al flotar, ayuda a la estabilidad siempre y cuando se cumpla que el centro de gravedad (G) del buque quede por debajo de un punto que en ingeniería naval se conoce como metacentro (M) y que es por donde pasa el empuje hidrostático.

(No olvidéis que podéis pinchar en la imagen para verla a mayor tamaño).




Por contra, cuando el centro de gravedad (G) queda por encima del metacentro (M) el momento generado es desestabilizador.



En el Vasa ocurrió que al incluir más cañones y añadir un puente más, se elevo el centro de gravedad del barco peligrosamente. Además, M no es un punto fijo, su posición depende del grado de inclinación del barco. Estas dos razones hicieron que al escorarse el barco, G quedase por encima de M.

Y en cuanto al lastre, según la fuente consultada, hay dos posibles explicaciones. O bien el espacio destinado a este era demasiado pequeño y por lo tanto había menos lastre del debido, o bien el lastre almacenado fue menor del necesario ya que la primera línea de troneras estaba demasiado cerca del agua y si se hubiese lastrado demasiado el barco, esta habría quedado por debajo de la línea de flotación. En cualquiera de los dos casos (o si se dieron los dos a la vez) la conclusión es clara: El Vasa se hundió porque era inestable desde su construcción. Aunque la culpa de esto se debe más a la intervención del rey que a un fallo del constructor.

Como todas las culpas confluían en el rey que fue el responsable ultimo del proyecto al intervenir en la modificación de los planos, al final no hubo chivo expiatorio y se siguieron construyendo naves de guerra para la armada sueca, aunque esta vez, sin la intervención de los políticos (o sea del rey, ¿en que clase de paralelismo estaría yo pensando?).

Como curiosidad, el Vasa fue localizado en 1956 y posteriormente rescatado. Ahora se encuentra en el museo Vasa en Estocolmo.


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