La entrada de esta semana tratara sobre uno de los últimos casos de resonancia en un puente en este país. En este caso durante el proceso constructivo y sin que hubiese daños que lamentar ni a la gente que allí trabajaba ni al puente. Pero aun así resulta curioso ver como un arco de acero de 220 metros de luz y 42.5 de alto se pone a bailar.
Los vídeos después del salto:
Los vídeos después del salto: