Una semana más, en el espacio cedido por Eadic en su blog a Ing-GENIUS, voy a hablar de lo primero que se me ocurra. Y lo primero que se me ocurre esta semana es la geotecnia, algo sobre lo que hasta ahora no había hablado.
No deja de sorprenderme hasta que punto estamos seguro de la solidez del suelo que pisamos, cuando en muchos casos no lo es tanto y esta ignorancia nos hace llevarnos algún susto que otro.
(Casa comprada en IKEA y cuyas instrucciones de montaje no entendió ni el sueco que la montó)
En concreto, hoy hablaré sobre las arcillas sensitivas marinas y de su forma más peligrosa las “quick clay”, que tienen la curiosa capacidad de pasar de solido a liquido en determinadas condiciones en cuestión de segundos.
En primer lugar resulta interesante conocer que son y como se formaron estas arcillas, pues bien, no son sino depósitos de arcillas y limos que se formaron por floculación en las “lagunas” y aguas remansadas de agua salada que se generan durante las glaciaciones. Dichos depósitos presentan una estructura interna en la que la sal actúa como un cemento relativamente débil por sus cualidades físicas, principalmente el tamaño, y químicas, al tratase de iones; permitiendo crear un suelo en condiciones naturales bastante estable.
¿Y cuál es el problema?, evidentemente los lugares en las que se generaron estas arcillas. Dichos lugares se encuentran actualmente en zonas muy húmedas (norte de Europa y Canadá), lo que provoca que tanto la elevada pluviometría de estas zonas como los deshielos que tuvieron lugar al final de la glaciación, hayan producido un lavado progresivo de la sal de estas arcillas, desestabilizando por tanto su estructura interna.
Ahora bien, estas arcillas sin la sal que estabilizaba su estructura, se mantienen porque la disposición de sus partículas es la correcta, pero si algo como vibraciones, pequeños corrimientos, presión hidrostática descompensada, etc. desestabiliza este precario equilibrio y rompe la estructura, el sólido se torna liquido, y pueden dar lugar a catástrofes como los deslizamientos de Rissa.
Aquí dejo un video de dichos deslizamientos donde se ven los peligros ocultos de la geotecnia de estás “simpáticas arcillas”.
En concreto, hoy hablaré sobre las arcillas sensitivas marinas y de su forma más peligrosa las “quick clay”, que tienen la curiosa capacidad de pasar de solido a liquido en determinadas condiciones en cuestión de segundos.
En primer lugar resulta interesante conocer que son y como se formaron estas arcillas, pues bien, no son sino depósitos de arcillas y limos que se formaron por floculación en las “lagunas” y aguas remansadas de agua salada que se generan durante las glaciaciones. Dichos depósitos presentan una estructura interna en la que la sal actúa como un cemento relativamente débil por sus cualidades físicas, principalmente el tamaño, y químicas, al tratase de iones; permitiendo crear un suelo en condiciones naturales bastante estable.
¿Y cuál es el problema?, evidentemente los lugares en las que se generaron estas arcillas. Dichos lugares se encuentran actualmente en zonas muy húmedas (norte de Europa y Canadá), lo que provoca que tanto la elevada pluviometría de estas zonas como los deshielos que tuvieron lugar al final de la glaciación, hayan producido un lavado progresivo de la sal de estas arcillas, desestabilizando por tanto su estructura interna.
Ahora bien, estas arcillas sin la sal que estabilizaba su estructura, se mantienen porque la disposición de sus partículas es la correcta, pero si algo como vibraciones, pequeños corrimientos, presión hidrostática descompensada, etc. desestabiliza este precario equilibrio y rompe la estructura, el sólido se torna liquido, y pueden dar lugar a catástrofes como los deslizamientos de Rissa.
Aquí dejo un video de dichos deslizamientos donde se ven los peligros ocultos de la geotecnia de estás “simpáticas arcillas”.
En este otro video podéis ver el documental completo (en inglés) de 1981, realizado por el Instituto de Geología Noruego.
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